Esta semana ha estado marcada por la dimisión de Francisco Camps, un hombre estigmatizado por no guardar los tickets de la compra. Cada vez que voy al supermercado a comprar algo veo todos esos tickets en la caja registradora y pienso
¿Cuántas personas podrían ser imputadas por no guardar el ticket del pan?
Este ‘señor’ está inculpado por tantas cosas que necesitaría dos blogs como este para ponerlas todas. Aunque se encuentra en una delicada situación no abandona su sonrisa de hipocresía eterna y sigue ‘erre que erre’ con la conspiración ‘masónicasocialista’ contra su persona. A pesar de toda la tinta que provocó el escándalo de los trajes se presentó a la reelección y volvió a barrer en las urnas.
Una imagen para el recuerdo: Rita Barberá y Francisco Camps zarandeados por la ‘horda azul’ al grito de ¡presidente, presidente!
Y me pregunto una cosa, si este sujeto es capaz de ganar de forma aplastante en la Comunidad Valenciana después de todo esto, ¿Qué jurado lo va a declarar culpable?
Pero su última actuación ha sido la que lo ha elevado a la altura de los más grandes, ya que se va por el bien de su partido, para que el PP gobierne España. Se va como un mártir ejecutado por el sanedrín socialista. Se marcha porque él quiere, si fuera por su partido estaría en ese puesto aunque fuera desde la cárcel, todo vale a la hora de gobernar en este país.
Nunca sabremos con exactitud lo que ocurriría en el interior del ‘nido’ pero, o vino la razón en forma de gaviota al señor Camps, o se volvió loco del todo y se inmoló para quedar como un caballero, siempre bien vestido. Para terminar, mi pregunta es la siguiente.
¿Lo veremos por Madrid después de las próximas elecciones?
Muy buen post, Lian, como siempre son los tuyos.
ResponderEliminarSaludos!