sábado, 30 de julio de 2011

¿Cara o Cruz?



Las elecciones se anticipan. Noticia esperada por todos desde hacía meses, tanto por los de la cara como por los de la cruz. ¿Casualidad? Hace tiempo que dejé de creer en las casualidades.


Tanto el CIS como la EPA dan un espaldarazo a la cara de la moneda, por lo que ha decidido pedir a la mano que controla esto, que la tire hacia arriba, a ver si sale. La cruz por su parte ha tenido una mala racha y espera agazapada recoger los restos de la cara.

Esta lucha entre cara y cruz por entrar en la hucha grande con el nombre ‘Estado’ no es nueva. En España hay vida más allá del pequeño extraterrestre venido de las tierras donde habitan las meigas.

Su única obsesión era que todo el mundo olvidara sus raíces y solamente tuviera una personalidad e imagen fija. Incluso después de muerto su imagen todavía ondea en el panorama nacional, recordada por un ave de su tierra natal.

Dejando a un lado a esta figura, si echamos la vista atrás encontramos un período curioso de nuestra historia, donde una figura se erige con fuerza por encima de las demás. Hablo del siglo XIX y del ‘señor’ Cánovas del Castillo. Impulsor de un sistema curioso, el llamado ‘turno de partidos’. Era una ‘democracia’ al uso de la alta burguesía, el rey estaba sentado en el trono disfrutando de su posición de privilegio, mientras que dos partidos aparentemente enfrentados se daban ‘el relevo’ en el poder cuando tocaba.

Con este sistema se mantenía el orden 'natural de las cosas', ningún 'perturbador de la paz' podía alzar la voz por encima de un sistema creado para el control y homogeneización de la turba humana, que solo sabía ponerse en fila para echar un papelito y sentirse libres.

¿Que ha cambiado desde el siglo XIX?

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